“A Isco, el aficionado del Madrid le tiene que pedir que juegue al nivel que se espera, que meta goles, que dé asistencia y que gane títulos. Y olvidarse de si de pequeño era de un equipo o de otro”
¿Y qué le tiene que pedir un aficionado del Barsa, natural y vecino de Albacete, a un chaval de 7-8 años, con cierta querencia al Real Madrid, “ojeado” en todas las acepciones del término, “por ojeadores (idem) que se llevan a él y a sus padres a otra, digamos, ciudad, para que, también, juegue al fútbol?” ¿Se les hará periódicos interrogatorios mosso bueno-mosso malo, para ir comprobando si se le va curando la madriditis a medida que se va “integrando”? ¿Y qué hacen por el chaval de Albacete los seniors originarios de Albacete que dicen representar a España, de vez en cuando, dando patadas? ¿Pedir a la Federación Española de Fútbol que se desespañolice la selección porque su propio contrato les penaliza un entusiasmo exagerado y les exige que se limiten a marcar goles?
¿Y qué ha hecho la pandi de pijos que dice representar a España por los chavales que fueron gravemente amenazados por un cafre por el hecho de celebrar un triunfo de la Selección, dizque de España, con la bandera del que, ellos, los chavales desintegrados, consideran que es su país, cafre que ha sido absuelto por un juez que ha dictaminado que las amenazas de muerte en el fragor del momento son normales? ¿Les han dedicado algún triunfo la pandi de niñatos malcriados? ¿O han contribuído, por activa o por pasiva, a arrebatarles hasta el clavo ardiendo que suponía para mucha gente “no integrada” la Selección “Española” de Jurgo”?
A ver si empezamos a escandalizarnos por lo verdaderamente escandaloso, y a indignarnos por lo verdaderamente indignante.
